El arzobispo Justin Welby se reúne con el papa Francisco en Roma

Encuentro entre el arzobispo Justin y el papa Francisco. Foto: Lambeth Palace.
El arzobispo de Canterbury y el papa afirmaron los lazos de «amistad» y «amor» entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica Romana durante su primer encuentro, la mañana del 14 de junio, en Roma. Los dos líderes estuvieron de acuerdo en que los frutos de este diálogo y relación tienen potencial para vigorizar a los cristianos de todo el mundo y demostrar el amor de Cristo.

El primado de la Comunión Anglicana y el obispo de Roma fueron concordes al expresar la necesidad de construir un sistema económico que promueva «el bien común» para ayudar a quellos que sufren la pobreza.

En este sentido, el arzobispo Justin dijo que los cristianos deben reflejar «el amor auto donado de Cristo» ofreciendo amor y hospitalidad a los pobres, así como a «todos aquellos dejados a un lado» por causa de la crisis mundial actual. Por su parte, el papa aseguró que los más pequeños en la sociedad «no deben ser abandonados a las leyes de una economía que parece, en ocasiones, tratar a las personas como meros consumidores».

Ambos estuvieron de acuerdo también en la necesidad de que los cristianos actúen como pacificadores por todo el mundo, algo que, reconocieron, sólo puede hacerse si los cristianos «viven y trabajan juntos en armonía», tal como señaló el papa. El arzobispo Justin, que en su formación ha sido muy influido por la doctrina social católica y tiene la intención de sanar las divisiones en la iglesia y la sociedad como parte de su ministerio, dijo al papa: «oro para que la cercanía del inicio de nuestros respectivos ministerios pueda servir a la reconciliación del mundo y de la Iglesia».

«Hermanos y hermanas»
El papa, para quien la cercanía de ambas inauguraciones representa «una razón particula para apoyarnos el uno al otro con la oración», afirmó que el presente encuentro ha sido una oportunidad para recordar que la búsqueda de la unidad entre los cristianos no está motivada por consideraciones prácticas, sino por Cristo, «quien nos ha hecho hermanos y hermanas, hijos de un solo Padre».

El arzobispo, que estuvo acompañado por su esposa, Caroline, visitó la tumba de San Pedro, bajo la basílica vaticana, antes de rezar ante la tumba del papa Juan Pablo II. Él estaba también acompañado por el arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, y el arzobispo David Moxon, representante del primado anglicano ante la Santa Sede.

Antes del encuentro con el papa en el Palacio Apostólico, el arzobispo Justin se reunió con el cardenal  Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Después de una entrevista privada con el pontífice, ambos pronunciaron una alocución pública y asistieron juntos al oficio religioso del mediodía.

Camino de acercamiento
En su intervención ante el papa, el arzobispo recordó con gratitud el trabajo de los papas y arzobispos de Canterbury durante los últimos cincuenta años, que consiguieron llevar a la Comunión Anglicana y a la Iglesia Católica Romana más cerca una de la otra. Asimismo, al rememorar la visita del arzobispo Michael Ramsey al papa Pablo VI, en 1996, el primado anglicano dijo al papa Francisco: «llego a un lugar en el que me siento en casa».

Y continuó: «con nuestros hermanos obispos, debemos expresar nuestra unidad en la fe a través de la oración y la evangelización, pues sólo si el mundo ve a los cristianos crecer en la unidad va a aceptar a través de nosotros el mensaje divino de la paz y la reconciliación».

Tanto el arzobispo como el papa reconocieron que las diferencias entre católicos y anglicanos han causado dolor en el pasado y podrían presentar desafíos en el futuro. Sin embargo, el arzobispo aseguró que una sólida base de amistad «nos permitirá tener esperanzas al hablar uno al otro acerca de esas diferencias». A su vez, el papa destacó que las últimas décadas han estado marcadas por «un camino de acercamiento y fraternidad».

«Debemos amar a aquellos que se nos oponen y, sobre todo, a aquellos –incluso naciones enteras– a quienes la crisis actual ha arrojado a un lado. Ahora mismo, mientras hablamos, nuestros hermanos y hermanas en Cristo sufren terriblemente por la violencia, la opresión y la guerra, el mal gobierno y los sistemas económicos injustos. Si no somos nosotros sus defensores en el nombre de Cristo, ¿quién lo será?», concluyó el arzobispo.

Fuente: Anglican Communion News Service.

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