Lecturas del 3.º Domingo de Adviento (Año 2)

PROFECÍA Ezequiel 36: 6-11

Profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho el Señor: «He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones».

Por lo cual así ha dicho el Señor:  «Yo he alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro alrededor han de llevar su afrenta. Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir. Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas. Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy el Señor».


SALMO 96: 12-13, 1

Aclamen con júbilo todos los árboles del bosque,
delante del Señor cuando llegue.

Cantad al Señor cántico nuevo;
cantad al Señor, toda la tierra.
Delante del Señor cuando llegue.


EPÍSTOLA Colosenses 3: 4-11

Hermanos:
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.


EVANGELIO Mateo 21: 1-9

En aquel tiempo,
cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: «Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará».

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
«Decid a la hija de Sion:
He aquí, tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una asna,
Sobre un pollino, hijo de animal de carga.»

Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.  Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!».


Reverendo Quesdada en el presbiterio durante el Tiempo de Adviento.
El reverendo José Quesdada en el presbiterio del templo parroquial durante el Tiempo de Adviento.

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