Los anglicanos de Asturias se suman a los actos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
El lema de este año para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se desarrolla entre el 18 y el 25 de enero en el hemisferio norte, es la cita de San Pablo «¿Es que Cristo está dividido?» (1 Corintios 1:1-17) y los materiales han sido preparados por un grupo ecuménico de Canadá, cuyos miembros, procedentes de diversas partes del país, pertenecen a las siguientes Iglesias: unida de Canadá, anglicana, bautista, presbiteriana, ortodoxa y católica romana.
El origen canadiense de estos materiales –publicados conjuntamente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias– se dejará notar en diversas partes de la celebración, tal como las oraciones iniciales mirando a cada uno de los puntos cardinales, un rito propio de los pueblos indígenas de Canadá. El esquema del oficio también prevé una petición de perdón, la lectura de las Sagradas Escrituras, el intercambio del signo de la paz y la confesión común del Credo, así como la oración de intercesión en favor de todos los hombres y mujeres comprometidos en construir un mundo más justo y en paz.
Asimismo, la parroquia de Santa Eulalia celebrará también un oficio vespertino el jueves 23 de enero a las 19:30 horas, al que invita a unirse a los miembros de todas las confesiones cristianas para orar juntos por la unidad de aquellos que, en toda la Tierra, confiesan a Jesucristo como su Señor y Salvador.
Tal como señaló el arzobispo de Canterbury, Dr. Justin Welby, en su reciente visita al patriarca de Constantinopla, «nosotros debemos llevar la cruz de nuestras divisiones, pero llenos de la esperanza y la alegría que procede de la gracia y del amor de Jesús». En el mismo sentido, el obispo de Roma, Francisco, calificó las divisiones entre cristianos como un «escándalo», al mismo tiempo que recordó que «el nombre de Cristo crea comunión y unidad, no división» y que tanto el Bautismo como la Cruz –que viven cada día tantos cristianos, de cualquier confesión, perseguidos por su fe– «son elementos centrales del discipulado cristiano que tenemos en común».